Seamos sinceros... Si los enamorados del Mundo de los Doce esperan con impaciencia la fiesta de San Valentón, es por una sola y única razón: ¡los regalos! Lo tenemos muy asumido. Por eso, del 14 al 17 de febrero, ¡te ofrecemos la posibilidad de llevarte un bonito lote gracias a Ticket de Amor! ![]()
EL ticket de amor
El principio es el mismo que con Jackpot el destripador, que causó furor el pasado Haluín. Del 14 al 17 de febrero, recibirás dos billetes rasca y gana al día, con un paquete de regalos de premio:
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Como dice la famosa frase, «¡desgraciado en amores, afortunado en el juego!». ¿O era «desgraciado en amores, afortunado en la caza»? ¿O «desgraciado en amores, afortunado al parchís»? Aunque oye, a lo mejor es «desgraciado en amores, afortunado al ping-pong»... ¡Bueno, qué más da! ¡La mejor forma de saberlo es probando suerte!
¡Para la fiesta de los enamorados, sacamos la artillería pesada! El tradicional ramo de rosas obviamente (ojito con que no sean demoniacas, o te arriesgas a pasar la fiesta más romántica del año solo o en compañía de tu mascota), una caja de los mejores bombones del Mundo de los Doce y, sobre todo, como guinda del pastel, un jueguecito que requiere cierta destreza así como manos ágiles...
El principio es el mismo que con Jackpot el destripador, que causó furor el pasado Haluín. Del 14 al 17 de febrero, recibirás dos billetes rasca y gana al día, con un paquete de regalos de premio:
- Un peluche de merkasako con forma de corazón (decorativo)
- Un ramo de rosas rojas (decorativo)
- Una silla romántica (decorativa)
- Una cama Valentón (decorativa)
- Una mesa con velas (decorativa)
- Una ñiamzama dulce (consumible, sabiduría nivel 15)
- Un cucurucho de helado (consumible, prospección nivel 15)
- Una dulzura sabia (consumible, sabiduría nivel 100)
- Un traje de jalató rosa
Para poder participar en el juego, basta con que hayas tenido un paquete de beneficios activo desde enero de 2017.
Como dice la famosa frase, «¡desgraciado en amores, afortunado en el juego!». ¿O era «desgraciado en amores, afortunado en la caza»? ¿O «desgraciado en amores, afortunado al parchís»? Aunque oye, a lo mejor es «desgraciado en amores, afortunado al ping-pong»... ¡Bueno, qué más da! ¡La mejor forma de saberlo es probando suerte!