¡Ya está aquí! ¡Las actualizaciones están eclosionando una detrás de otra en tus juegos preferidos! Vamos a leer la continuación de las aventuras de Klimti Swoud, de nuevo sembradas de guiños a Lance Dur, Cire Momore e incluso a Ereboria, y a seguir desvelando los entresijos de esta gran aventura transmedia.

En el episodio anterior…
- DOFUS, gameplay, mecánica y hechizos de los forjalanzas: ¡entre nosotros no hay secretos!
- Para DOFUS Touch y Yoín Spiro, era una reunión familiar.
- Un nuevo personaje común a WAKFU y al webtoon Lance Dur te ha mostrado sus cicatrices.
- Lance Dur también tiene el sentido de la familia: ¡Agard así nos lo ha demostrado !
¿Eso es todo?...

Fergus el herrero ha visto la lanza de Klimti Swud el forjalanza. Este último se ha apresurado inmediatamente a probar su valiosa arma en un combate por turnos contra un minilubo y… un castaño vengativo.
Historia de trasfondo: La superviviente
En medio de un estrépito incesante de palazos, golpes de pico y martillazos, el viento levanta una espesa nube de polvo en la cantera de Astrub. Poco a poco, en medio del imponente paisaje se dibujaron dos siluetas en plena conversación: una de ellas, alta y esbelta, coronada por una cresta despeinada por la borrasca, escuchaba; mientras que la otra, pequeña y fornida, gesticulaba mucho para enfatizar sus palabras.
—… una pérdida de tiempo, ¡nada de eso, señor Swud!
—No digo eso, Fergus, pero entiéndeme, ¡mi hermano está en peligro!
—Has de conocer a tu enemigo y los peligros de su isla antes de partir.—
Al resguardo del agotador viento y del estrépito del metal en la piedra, una zurcarák de negro pelaje escrutaba a los intrusos desde su tienda. Solo se veía a esos dos en medio de la explotación entre los obreros móguices, unas bolas de pelo tan oscuras como el carbón con un solo ojo justo en el centro del matojo. Sus pupilas color esmeralda atravesadas por una línea negra se contraían y Reska tendía el brazo hacia su bastón.

—Por aquí, señor Swoud… —Fergus señaló la entrada de la carpa después de bajarse el pañuelo que le tapaba la nariz.—
El forjalanza dio un paso dentro de la tienda antes de sentir un bastón de combate debajo de su mandíbula cuadrada. En la esquina derecha había una oscura silueta felina:
—¿Quién eres tú? —maulló ferozmente.—
Giró la cabeza hacia el zurcarák con una sonrisa exagerada y la fierecilla saltó dibujando un círculo en el aire con su bastón y tirando al lancero, sorprendido de encontrarse tan rápido en el suelo.
—Swoud... Klimti Swoud —respondió él con la espalda en el suelo, sonriendo de nuevo con exageración y evitando protestar.—
—¡Está conmigo, Reska! —Fergus se apresuró a intervenir poniéndose las gruesas gafas opacas en la frente.—
—Miau, Fergus.
—Miau, miau… ¿desde cuándo tiras a tus invitados al suelo?—
—Perdón —dijo ella antes de inclinarse para ayudar al forjador a levantar a Klimti.— No suelo ver extranjeros por aquí, y las nuevas caras no me traen ramos ni ovillos de lana. Cuando desembarcan, es para encontrarse con la joven zurcarák que gestiona una parte de la explotación e intentar engatusarla para llevarse mercancía barata o, lo que es peor, ¡pedirme un porcentaje para garantizar la protección de la cantera…! Pfff… En fin… ¿Por qué estás con ese tal Clancy… Crispy… ese mequetrefe?
—Este mequetrefe se prepara para navegar hacia Ereboria.—
Reska lanza una mirada sombría al forjalanza. Klimti, sin saber qué hacer, se encoge de hombros avergonzado.
—¡Idiota! —masculla ella.—
—Tenías razón, Fergus. Es verdad que merecía la pena venir hasta aquí…
—¡Debes contar lo que has visto ahí, Reska! Cuanto más sepa, más posibilidades tendrá de sobrevivir.—
El zurcarák silva y Klimti se da cuenta en ese momento de la cicatriz que cortaba su rostro entre el labio y la nariz.
—Se quedará. Como los otros...
—Cire Momore tiene algo en contra de su hermano.—
Reska, que se movía como un animal en una jaula, se paró bruscamente.
—Entonces, está muerto.—
En un segundo, Klimti sacó su lanza para amenazar al zurcarák. La punta rozó la garganta de la felina. Ella sonrió con maldad.
—¡Vamos! ¿A qué estás esperando?
—¡Para ya con tus yopukadas! —intervino Fergus.— ¡Reska! Dale una oportunidad de salir con vida: ¡cuéntale lo que te ha pasado!
—¿Es eso lo que conseguiré? —preguntó ella sin quitarle los ojos de encima a su oponente.
—Solo tienes que enviarme tu equipo de móguices con sus herramientas cuando lo necesiten. Afilaré sus armas por 30 kamas por cabeza.
—Es el precio habitual Fergus…
—Sí. ¿Por qué?
—Eh… —intervino el forjalanza dejando de amenazar al zurcarák.— Gracias, ¡pero no te vayas a molestar por mí! No necesito a nadie para devolver esta armadura falsa, ¡adiós! —dijo, a punto de salir—.
—Eres idiota si realmente piensas lo que estás diciendo, —le advirtió Reska instalándose detrás de su escritorio—. Ereboria es un nido de avispas. —Basta con que pongas un pie en alguna zona complicada y te verás rodeado de criaturas que no quieres ni imaginarte…—
El forjalanza echó un vistazo por encima de su hombro.
—Entonces, ayúdame.—
*****
—Sucedió hace siete años. Según la leyenda, había un tesoro en Ereboria, la isla maldita.
¡Mi gremio y yo teníamos el fuego sagrado en esa época! Todo lo que intentábamos iba como la seda… ¡Éramos puro fuego! Nos sentíamos invencibles. Fueron unos años tan bonitos, qué buena época…
Tendrías que habernos visto…
Pimpinela la yopuka y su gigantesco martillo… No es que moviese las montañas, ¡las aplastaba directamente!
Eni Cola, y sus frascos gaseosos que nos daban un buen chute de energía en los combates difíciles…
Gary El-Arenero, ¡el xelor que era capaz de dormirte en un segundo!
Sin olvidarnos de Maxine Panda, la gran osa de pelaje negro y blanco que nos portaba, nos soportaba y nos lanzaba sobre el enemigo durante los combates.
Éramos los Vigilantes del Sueño Profundo.
Cuando llegamos a Ereboria, y contra todo pronóstico, caímos en una playa aislada. Nosotros que pensábamos que en esas tierras solo encontraríamos pena y desolación... Nos brillaban los ojos, ninguno de nosotros había tenido la oportunidad de visitar un lugar de semejante belleza. Su naturaleza, sus playas, sus riquezas parecían directamente salidas del Inglorium. Después de pasar un día y una noche, ya éramos los dioses de esa fantástica playa.

Después, cuando empezamos a explorar la isla, todo cambió. Rápidamente estábamos dentro de lo que parecía una cueva. Ahí todo parecía más inquietante: la penumbra, el frío; cuanto más nos adentrábamos en las galerías subterráneas, las paredes eran húmedas y al ambiente asfixiante.
Y descubrimos vestigios de taponanos…




Grutas subterráneas de Ereboria en DOFUS
Eso no hizo más que confirmar nuestra idea de que ahí debía de haberse escondido un descomunal tesoro.
Cuando el camino que seguíamos se dividió en tres, nosotros hicimos lo mismo, nos separamos: Eni Cola y Pimpinela tomaron la primera galería, Maxine Panda y Gary El-Arenero la segunda, y yo me aventuré solo en la tercera. A lo lejos, oía los gritos de alegría de mi yopuka y mi aniripsa preferidos. Parecía que habían encontrado el tesoro. ¡Ya sabía yo que no habíamos ido ahí para nada! Iba a seguir por ese pasillo para descubrir que me esperaba fondo.
Pero oí las voces de mi gran Panda y mi pequeño xelor. Sus voces eran más inquietantes. Parecía como si bajasen por un tobogán gigante… Por momentos parecían acercarse y luego alejarse. Después de eso, se oyeron unas risas que me sonaron tranquilizadoras y, después, una pelea.
Aceleré el paso para intentar ir en su ayuda…
Fue exactamente en ese momento cuando lo oí. Ese grito… que sentí en lo más profundo de mis entrañas. Era mi amigo Eni Cola. Me puse a correr más rápido. Mi Pimpinela. Aceleré más todavía. El tiempo me pareció interminable. El pasillo desfilaba ante mis ojos, pero me daba la impresión de retroceder.
Finalmente, entreví la salida.
Cuando la franquee blandiendo el arma en el puño, estaba solo. Me encontraba otra vez en el exterior, en un lugar verde y maravilloso. Desamparado. De repente, me sobresalté cuando dos criaturas salieron de un pequeño estanque que estaba justo al lado. Estaba lista para pelear, pero me di cuenta de que se trataba de mis amigos, Maxine y Gary. Estaban empapados, pero sanos y salvos. Me dijeron que les habían atacado unos taponanos a la defensiva. Perseguidos por sus flechas, mis hermanos de armas se vieron obligados a parapetarse en un sombrío pasillo, desde donde cayeron varios kámetros abajo en un estanque profundo. No había ninguna salida alrededor. Así que se sumergieron sin saber si tendrían suficiente aire para subir y salir por algún lado. Vieron algunas criaturas anfibias hostiles y huyeron en la otra dirección. Por suerte, la luz los guio hasta aquí…
Intentamos recorrer la caverna de la que salimos con la esperanza de encontrar una entrada y, sobre todo, a nuestros amigos. Pero nuestros pies se hundieron en un barro grisáceo, como si fuera una tonelada de ceniza húmedas. Más que ralentizados, nos estábamos agotando e incluso hundiendo.
Despacio, inexorablemente, vi cómo Gary desparecía bajo el barro. Levanté la cabeza para mantener la boca fuera de esa pasta negra. Viscosa. Invasiva… Mortal.
Hoy lo puedo decir… Ha sido la única vez en toda mi vida que estaba aterrorizada hasta ese punto.
Pensé que iba a morir.

Un gigantesco peluche me agarra por el cuello.

La que me sacó de ese espeluznante pantanal y me tiró a una tierra más firme fue mi Maxine. ¡Me puse tan contenta cuando vi que también tenía a Gary bajo el otro brazo! Mientras ella se apresuraba a tirarlo en mi dirección, mis compadres me avisaron de que había un peligro detrás de mí… esquivé por poco el hacha de un ser no vivo.
Una especie de… fallecinerado.
Por todas partes a mi alrededor, de la pasta de ceniza salían unas manos esqueléticas ennegrecidas. Y luego cuerpos enteros. Bueno… lo de «enteros», más o menos…
Estaba rodeada. Petrificada. El círculo se estrechaba a mi alrededor. —Uno de los fallecinerados me pinchó en la cara con su daga. —recordó Reska mientras se pasaba la mano por la cicatriz.—


Despierta, profundamente herida, por así decirlo, con toda la rabia empecé a buscar una salida a bastonazos, patadas y puñetazos. Tras librar una agotadora batalla, conseguí atravesar la masa de enemigos hasta encontrar una brecha. Me introduje por ese espacio con gran dificultad, hasta que me di cuenta de que estaba otra vez en la cueva.
Corrí hasta perder el aliento y me di cuenta de había dejado a mis amigos detrás de mí. Pero no podía hacer otra cosa… A pesar de que los fallecinerados eran más lentos que yo, se habían lanzado a perseguirme en masa.
Y entonces vi algo que pareció un milagro.
Era la orilla. El mar. Un barco. La escapatoria de ese lugar maldito.

Mientras me subía y levaba los amarres, los fallecinerados se acercaban. Vi cómo, en otra orilla, acudían unos taponanos enfurecidos. Levé el ancla. Oí unos gritos. Eran Eni Cola y Pimpinela. Alce los ojos para mirar una cavidad que había arriba, justo encima del canal que atravesaba la caverna. Esperé. Presa de los nervios. El barco empezaba a avanzar. Seguí mirando fijamente ese oscuro orificio con la esperanza de ver aparecer por ahí a uno de los míos.
Pero en lugar de eso, vi eso.
Esa cosa. Chirriante. Metálica.
Fría, a pesar de la luz que le precedía en medio de las tinieblas.
Se trataba de Cire Momore.
Seguimos mirándonos, inmóviles, mientras el barco se iba hacia el mar. Lo maldije por la mancha rojiza en su pecho…—

DOFUS: Ereboria, entornos y bestiario
Diseño de concepto zona taponanos







Diseño de concepto ingame zona taponanos y gruta


Bestiario taponanos



Bestiario fallecinerados


DOFUS Touch: Un nuevo comienzo
¡La actualización ya está en el juego! Descubre desde ya Albuera, tierra de forjalanzas, de Klimti Swud y de Lance Dur.

Ahora los doceros darán sus primeros pasos en este nuevo archipiélago. Pensada como un auténtico tutorial, ¡Albuera guía paso a paso a los recién llegados! ¿Te gustaría saber más sobre este nuevo lugar?
También te esperan otras novedades: aparecen nuevos objetos, los emblemas de dominio,
; los sets de clase cambian; un hechizo de nivel 200, Exaltación, sustituye a la Invocación de Dopeul Ocra… si quieres saber más, ¡entra aquí!
Y, finalmente, para acompañarte en el juego y que puedas experimentar plenamente todas estas novedades, los Evolupacks ineditos te esperan en la tienda.
WAKFU: Ereboria, entornos y bestiario
La isla maldita ocupará un lugar central en la próxima actualización de WAKFU. Repleta de zonas y criaturas a las que hay que enfrentarse, descubre a continuación, además de las capturas del juego que acompañan a la historia que te hemos contado más arriba (la playa de los piratas y la zona de los fallecinerados), un complemento de lo que te espera próximamente en tu MMO.
Entornos




PNJ y bestiario








Animación: Los fallecinerados

Cire Momore no es la única amenaza de la serie Lance Dur…



Nuestros héroes se enfrentarán a muchos otros peligros, además de al iluminado con armadura…
Entre ellos, les fallecinerados que seguramente te darán sudores fríos.


¿Merece la pena realmente todo esto por el tesoro?
Productos de promoción: figuras de Cire Momore
Hablando de tesoros… ¡todavía quedan!

¿Cuál vas a elegir?
Nos vemos en DOFUS Touch ya. ¡Y en DOFUS y WAKFU muy pronto!
… Sin olvidarnos de la Forjanews #5
Para saber lo que te espera en las próximas semanas y meses, visita la página web de Lance Dur.